Corría el año 1985....juasjuasjuas...
A ver, yo iba-voy-de vacaciones a un pueblo de la provincia de Almería, en el cual nos juntabamos familia y demás. En el año 85-86, vino conmingo un colega a hacer daño...Total, que ese verano nos liamos con tres o cuatro tías-ahora direis: "buuhhh, fantasma", pero es genuinamente cierto-e ibamos de un pueblo a otro con las motos de familia y colegas...
En fin, que la nochecita de marras, después del lote con las niñas del pueblo y con un dolor de güe...de la hostia, decidimos ir a pueblo de al lado a matar la fiesta. Nueve kilómetros de curvas entrelazadas de una de las carreteras mas cabronas (antes de arreglarla) que he conocido; cabrona, por que como la conocías, te confiabas...aún recuerdo un día que la hicimos con un Santana...pero eso es otra historia
.En fin...imaginaos cada vez que tocabas el freno mis partes blandas contra el depósito de la Mercurio...
Pero lo bueno estaba por llegar...a la entrada del pueblo (María, se llama), el picoleto en la carretera con la mano alzada...Yo que cojo, aprieto puño y me pierdo en la primera callejuela que pillo...pero detrás...detrás venía un primo mío con mi amigo, un radiocassette de la época (3x3) en una RD50; mi colega que ve al picoleto con la mano alzada y no se le ocurre otra cosa que levantar la mano y decirle: "Adeuuuuu!!!" (adiós en catalán)...Las vueltas que dimos campo a través (y yo con mi dolor de partes nobles) para regresar al punto de partida sin encontranos con la "penemerita" fueron dignas de la peor pesadilla... 